lunes, 25 de enero de 2010

FRIVOLIZANDO CON EL DOLOR DE HAITÍ




Acabo de recibir un correo en cadena sobre Haití. Creía que se trataría de una reflexión sobre el espanto y el horror en el que ha quedado uno de los países más pobres del mundo, un estado fallido cuyos habitantes han sufrido la esclavitud, las dictaduras más violentas y salvajes, las maquinaciones de grandes potencias como Estados Unidos y Francia o el lado más bestial del capitalismo mundial. Pensaba que al abrir el mensaje descubriría quizás una crítica a la injusticia a la que se ha sometido al pueblo haitiano durante siglos y a la hipocresía del mundo para con un país que, hasta hace poco más de una semana, parecía olvidado de la mano de Dios.

Pero no. Lo que me he encontrado ha sido una parrafada más propia de Cuarto Milenio que el intento de alguien que pretendiera acercarse sensatamente al horror de Haití. Demonio, vudú, zombies, consagraciones... Superstición en estado puro, una historia de ciencia-ficción que en cualquier otro momento hasta podría haber resultado curiosa, pero que con la perspectiva de más de 100.000 muertos, la mayor parte de un país enruinas y cientos de miles de personas sin hogar suena a broma macabra y superficial. Culpar ahora al pueblo haitiano de sus desgracias inventándose una teoría de este tipo, más propia de una novela de Stephen King, es frivolizar brutalmente el dolor ajeno.

Os pediría por tanto que en lugar de hacer gracietas morbosas sobre el terremoto de Haití dejarais a un lado vuestras alarmas bienpensantes, pospusierais la reconquista espiritual del pueblo haitiano y ayudarais de verdad a los miles de damnificados por la tragedia donando dinero a las organizaciones que ya están trabajando en el terreno para reconstruir un país hundido en la destrucción. Dejad las "consagraciones al diablo" para Íker Jiménez, porque esa explicación no os funcionará, no al menos con personas que piensen de forma racional.

Es infame y propio de fanáticos religiosos el querer ahora ver en esta desgracia un "castigo divino", además de una muestra de insensibilidad total que tendría que resultar escandalosa viniendo de creyentes de una religión que afirma que Dios es Amor (doy por contado que muchos de vosotros sois cristianos). Imagino que es más fácil inventarse una historia truculenta con seres sobrenaturales de por medio que denunciar las causas tangibles de una desgracia como ésta y que tienen su base en las injusticias a las que los países ricos someten a los pobres. En definitiva, es más sencillo echarle la culpa al vudú que a la explotación del Tercer Mundo por EEUU y compañía.

Podríais ser más coherentes con vuestras ideas y creencias y predicar con el ejemplo cogiendo un avión y plantandoos allí directamente, colaborando con toda la gente que a lo mejor no ha recibido vuestro correo, pero que en los haitianos no ve a pérfidos negritos adoradores del Diablo, sino a seres humanos que lo están pasando mal. Quizás así podáis ganarle la batalla de la conversión de Haití a los evangélicos yankis que, siempre pensando en la salvación del alma (ya se sabe que este "lacrimarum valle" no cuenta nada para la religión en general), han mandado 600 biblias parlantes a las víctimas de la catastrófe. Puede que las biblias parlantes sean lo último en predicación, pero donde esté repartir alimentos, curar a los heridos y los enfermos y apartar escombros, que se quite cualquier otro tipo de ayudas después de un terremoto.

Por favor, no frivolicéis con el dolor ajeno. Y menos con el de un pueblo hundido en la miseria.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues siendo honestos, Iker Jiménez ha hecho un programa de radio en la SER este sábado sobre Haití. Con un invitado como Emilio Carreño, Director de la red Sismica nacional, y conectando con Haití y contando todo , como se produjo, porque las grandes potencias, que ya sabían desde el 99 que podía ocurrir algo gordo en esa falla no hicieron nada.

Me parece muy bien los prejuicios y mencionar a Iker, pero precisamente su programa ha sido con el que más he aprendido sobre las causas del terremoto de Haití. Y mucho menos sensacionalistas que tantos qeu van de serios. Así de claro. Por cierto, soy físico.

Tricolor dijo...

De todas maneras, y por muy bien que haya elegido Íker Jiménez a sus colaboradores para el programa sobre Haití, no me negarás que todas esas historias sobre vudú, demonios y brujería son más propias de Tercer-Cuarto Milenio que de una reflexión seria y crítica de lo que ha pasado en ese país del Caribe. Espero que al menos coincidas conmigo en que achacar toda esta catástrofe a un "castigo divino" por haber concertado un "pacto maligno" es cuando menos una frivolidad cuando han muerto miles de personas.

Anónimo dijo...

Coincido con el fisico, gracias a iker jimenez muchos hemos aprendido acerca de los motivos del terremoto, lo demas son parrafadas de alguien con muchos prejuicios y con una actitud listillo-progre