martes, 12 de mayo de 2009

EL GRAN SHOW BIPARTIDISTA



Llega como todos los años el Debate sobre el Estado de la Nación. Un debate abierto al público, retransmitido por radio, televisión e Internet y que nació en 1983 para fortalecer el papel del debate parlamentario en un país con poca o escasa tradición en este campo. Aunque no nos engañemos: La gente espera con más ansia un Madrid-Barça (o viceversa) que este acontecimiento parlamentario. Sin embargo, sea porque estamos más interesados en política de lo que creemos, sea porque nos lo meten por los ojos y oídos por casi todos los canales de radio y televisión, es un evento bastante seguido en todo el país. Y eso estaría bien si al menos se dijeran cosas interesantes. La cruda realidad nos demuestra todo lo contrario...


En primer lugar, se pretende que el Debate sea un simple mano a mano entre los dos principales líderes políticos del país, el presidente del gobierno y el jefe del principal partido de la oposición. Todo lo que no venga de ellos pasa a un segundo plano o directamente se ignora: No le interesa a nuestro querido bipartidismo que se den a conocer las críticas e ideas que se salgan del tiesto de lo políticamente correcto, esto es, del ideario neoliberal que tanto PSOE como PP defienden.


En segundo lugar, el Debate queda reducido a un cutre intercambio de acusaciones de patio de colegio ("¡Y tú más!"). Véase si no lo de esta tarde: Rajoy se ha limitado simplemente a acusar de todos los males del país a Zapatero sin dar ningún tipo de solución concreta con un tono soberbio y chulapo, llegando incluso a decir que los diputados (no ha dejado claro si incluía también a los suyos) no sabían leer. Al menos ha sido honesto y ha reconocido que están por la reforma laboral, que no viene a ser sino facilitar el despido sin problemas, lo cual sólo beneficia a los empresarios y recorta los derechos de los trabajadores. Después de cien años de lucha obrera, el PP nos quiere devolver a las condiciones laborales del siglo XIX. Por otra parte, sin ideas, recurriendo sólo a la acusación perpetua y ninguneado por su propio partido, da la sensación de que a Rajoy le quedan cuatro telediarios. Tiempo al tiempo.


Zapatero, por su parte, no se queda atrás en lo de tirar la piedra y escurrir el bulto: Qué mejor para no hablar de la crisis que meterle caña al PP, algo que por un lado me gusta, pero que no puede ser el único argumento de un Gobierno a la hora de dar explicaciones sobre la crisis. Quiere disimular así sus responsabilidades: Es cierto que esta crisis nace de una coyuntura internacional, pero no es menos cierto que la gravedad que tiene en España viene de haber continuado con un sistema económico insostenible basado en un solo sector, la construcción, una dinámica que empezó el PP hace más de una década. Y también sería un acto de honradez, por su parte, reconocer que se ocultaron los datos de la crisis para ganar las elecciones generales de 2008.


Veremos si mañana los medios se hacen eco de la intervención de Gaspar Llamazares. Creo que, como parlamentario, no tiene nada que envidiar a Zapatero o Rajoy y, por lo menos, dice cosas diferentes. Mucha suerte para demostrar en tu intervención las diferencias entre PSOE y PP: Que Rajoy lleva barba y Zapatero no...



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