martes, 19 de mayo de 2009

CÓMO TOMARLE EL PELO AL CIUDADANO...




... y que no se te caiga la cara de vergüenza. Esto fue lo que pensé el otro día mientras escuchaba en la Cadena SER a Eva Almunia, secretaria de Educación a propósito de las nuevas medidas de Zapatero, como la de dar un portátil a todos los alumnos de 5º de Primaria para el próximo curso. Imagínense: Como era de esperar, la secretaria alabó en todo momento la nueva medida como la panacea de la mejora de la enseñanza pública. Qué más dan la poca formación del profesorado en asuntos informáticos, o que previamente a la utilización de los portátiles haya que reforzar la lectura y la escritura, o que se estén dejando muchas plazas de profesores sin cubrir porque es preferible que los alumnos tengan hora libre a meter a un sustituto para poder ahorrar, como está pasando en Andalucía.


Pero lo que más me llamó la atención fue el cinismo de la secretaria de Estado cuando un representante de los profesores sacó el tema de que con esta medida no se solucionaría el problema del fracaso y el consiguiente abandono escolar, que en España estaba en el 30 por ciento, el más alto de toda la UE. La señora Almunia le espetó que el abandono escolar no es lo mismo que el fracaso escolar, dando a entender que prácticamente no tenían que ver, y se quedó tan pancha.
Efectivamente, fracaso escolar y abandono escolar no son exactamente lo mismo. Uno puede suspender cursos y no saber ni la o con un canuto y tirarse así hasta que cumpla los 16 años, edad hasta la que es obligatoria la educación. Y puede suceder también que un alumno sea muy brillante y le guste estudiar y que, por circunstancias adversas (problemas familiares y económicos) tenga que dejar los estudios. Pero seamos serios: este problema no es de anteayer. En España llevamos una década liderando las tasas de fracaso escolar. Por otra parte, ya no estamos en la época de la posguerra, cuando los niños dejaban de estudiar por ejemplo a los 8 años (caso de mi madre) para trabajar en el campo o cuidar de la casa. Hoy por hoy un estudiante no tiene que dejar el instituto para ponerse a trabajar. Además, no nos olvidemos de que es obligatorio estudiar hasta los 16 años.
Las maniobras dialécticas como la de la señora secretaria de Educación me enervan. Tergiversando las palabras intenta hacer que creamos que la situación no está tan mal, que los datos negativos son exagerados y que no tenemos por qué preocuparnos. Me parece una actitud escapista. Para solucionar un problema el primer paso es reconocer su existencia. Si le quitamos importancia y le hacemos frente con medidas chorras (como la del portátil) seguirá estando ahí y seguiremos encabezando el fracaso y el abandono escolares en Europa.
Espero que el PSOE sea coherente y que apueste por mejorar la situación de la Educación. En ello nos va el futuro. Pero para ello tiene que haber voluntad política y, sobre todo, mucha capacidad autocrítica para corregir lo que está mal. Pero, ¿la tienen? Oyendo a la señora Almunia, lo dudo...

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